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viernes, 17 de febrero de 2012

Reunión del día 16 de febrero, capítulos VI al XIV

Hemos comenzado por las curiosidades acerca de El Quijote. Suele ocurrir que muchos críticos literarios, cuando nada o poco tienen que decir de una obra, se dedican a buscarle los errores. Un libro como El Quijote no podía ser menos y también los tiene. Así Sancho vende el burro y al poco vuelve a ir subido en él como si tal cosa. Una noche cenan dos veces. Sancho saca un monedero que previamente había perdido. Bien, no dejan de ser anécdotas que en nada desmerecen este libro tan especial. Otra curiosidad es que el cervantista catalán José Coll y Vehí se dedicó a recopilar los refranes que aparecían en la obra, elevándose los mismo a la nada desdeñable cantidad de 273.
Hemos apreciado una edición del libro "Don Quijote en el arte y pensamiento de occidente" repleto de obra gráfica inspirada en nuestro personaje. Hemos visto una adaptación al teatro escrita por Hadi Kurich y editada por el vecino Ayuntamiento de Parla. Un interesante libro, "Don Durito de la Lacandona", que sería algo así como nuestro caballero andante en la selva de la Lacandona, en el estado mejicano de Chiapas, prologado por José Saramago y escrito por el subcomandante Marcos. Y como colofón un ejemplar de "Don Mortadelo de la Mancha" una historieta creada en 2005 por Francisco Ibáñez.

Hilario nos endulza los oídos con una historia de su particular Quijote, que en esta ocasión se acercan a nuestras tierras atraídos por el popular dicho de "entre Pinto y Valdemoro".


Dada la densidad que va adquiriendo el libro decidimos comenzar a tratar el mismo capítulo a capítulo. Comenzamos hoy con la quema de libros que acontece en la casa de Don Quijote y cómo se va haciendo la elección. En el fondo no es más que una representación de la censura realizando su trabajo y los motivos que se esgrimen para ello. La intención el autor se deja entrever en los motivos que da para salvar el libro Tirante el Blanco. Argumenta que es el único libro donde los caballeros comen, duermen y mueren en sus camas. La censura siempre va contra el lector, más que contra el autor. A éste último no le puede quitar nada, lo que sabe ya lo conoce y nadie puede arrebatárselo. Sin embargo el verdadero perjudicado es el lector, al que se priva de ese conocimiento. Esto no deja de ser una prueba más del poder que tiene la palabra de modelar pensamientos, opiniones y por ende conductas. Cervantes es muy dado a mostrarnos siempre los contrarios en acción, intentado provocar en el lector una reflexión, siempre obligada cuando la idea que se transmite no es clara. ¡Qué mejor manera de mostrar los contrarios que utilizando dos personajes como Don Quijote y Sancho en acción! El primero siempre basa sus actos y comentarios en pasajes leídos en los libros de caballerías: Sancho, por el contrario, muestra ideas propias, aunque simples, en tanto que no está influido por ellos. Él más bien deja de inquietarse de los impropio de las cosas gracias al vino que trasiega.
Mención aparte merece cómo el barbero y el cura salvan de la quema a La Galatea, escrita por el propio Cervantes, que no deja de ser una forma de promocionarse a sí mismo, algo así como el "Yo he venido aquí para hablar de mi libro" que hiciera célebre el escritor Francisco Umbral en una entrevista televisada.
El capítulo IX muestra un punto de inflexión en la obra. Hasta estas líneas asistimos a un curioso libro más de caballerías, que termina además con una imagen muy cinematográfica que habrá inspirado a más de un director de cine. El combate entre Don Quijote y un vizcaíno se detiene justo en el momento en que el caballero alza su espada para asestar un definitivo golpe sobre éste último. A partir de este momento comienza el libro que será precursor de la moderna novela, con una nueva forma de narrar los hechos. Existen los personajes –más de ochocientos a lo largo de todo el libro- con sus diálogos donde muestran su carácter y vivencias. Existe un narrador implícito, que no es omnisciente, ya que sólo conoce aquello que encuentra en el manuscrito del moro Cide Hamete Benengeli, que sí es omnisciente. El narrador, aun pareciendo objetivo, no lo es, ya que valora subjetivamente la acción e incluso interviene cuando detiene el duelo mencionado para actuar como un personaje más, contando una historia propia que nada tiene que ver con la historia de Don Quijote. Después interviene el traductor morisco que hará una interpretación del original escrito. Esta aparente confusión es, a mi entender, la estrategia que utiliza Cervantes para evadir a la censura reinante en ese tiempo impuesta por la Santa Hermandad, poniendo en la pluma de otros todo lo que narra. Además, y remarcado por él, toda la historia la escribe un moro, que ya son de por sí mentirosos y enemigos acérrimos de los españoles. 

Se nos echa la hora encima y debemos cortar el coloquio en un punto muy interesante que intentaremos retomar en la siguiente reunión. ¿Cómo pudo una sola persona escribir un libro tan denso y magistral, cuando lo escrito con anterioridad no hacía presagiar esto? ¿Cómo pudo tener el éxito editorial que tuvo al poco de salir? ¿Cómo podía adivinar ya este éxito el mismo Cervantes que lo deja patente en el libro?
En la próxima reunión trataremos los capítulos XV al XX, aunque iniciaremos el debate desde el capítulo X. La cita tendrá lugar el día 1 de marzo, a las 19:00 horas en la sala
polivalente I del Centro de Cultura Infanta Cristina, de Pinto

1 comentario:

  1. Ahí va un poema de Antonio Gamoneda, de su libro "Mudanzas" incluido en su obra antológica "Esta Luz". El poema se titula

    "Don Quijote"

    El Caballero de la Eterna Juventud
    obedeció, hacia la cincuentena,
    a la verdad que latía en su corazón.
    Partió una bella mañana de julio
    para conquistar lo bello, lo verdadero y lo justo.

    Delante de él estaba el mundo
    con sus gigantes abyectos,
    y bajo él estaba Rocinante,
    triste y heroico.

    Yo sé
    que una vez que se cae en esta pasión
    y que se tiene un corazón de un peso respetable,
    no hay nada que hacer, Don Quijote,
    nada que hacer:
    hay que envestir a los molinos de viento.

    Tú tienes razón:
    Dulcinea es la mujer más bella del mundo.
    Cierto que habría que gritar esto mismo
    en el rostro de los grandes mercaderes;
    cierto que ellos se pondrán sobre ti
    y te molerán a golpes.

    Pero tú eres el invencible Caballero de la Sed.
    Tú continuarás viviendo como una llama
    en tu áspera armadura de hierro
    y Dulcinea será cada día más hermosa.


    jl

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