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viernes, 16 de marzo de 2012

Reunión del día 15 de marzo

Hemos comenzado la reunión con un esquemático y sencillo cuadernillo titulado CERVANTES, del autor Rafael Mínguez Fernández de la editorial AKAL.
Hemos traído también el libro de Juan Eslava Galán "En busca del unicornio", de la editorial Planeta, donde el personaje principal tiene algo de quijotesco.
Hemos leído el discurso de Juan Carlos Onetti en la recepción del premio Cervantes del año 1980, en el que da una visión del quijote como símbolo de libertad que nos gusta  especialmente. Hemos aprovechado para recomendar la página web donde se encuentran todos los discursos del premio Cervantes y en los que siempre se toca, de una u otra manera, el tema de Cervantes y el Quijote según la visión particular del escritor en cuestión.
Curiosidad:  En 1969 Guillem Morey Mora, autor mallorquín,  publicó una obra donde afirmaba que el Greco era el auténtico autor de la obra del Quijote. Según éste, el Greco que sería realmente judío, escribió el manuscrito de la obra en arábigo bajo el seudónimo de Cide Hamete Benengeli sobre los años 1585 y 1590. Convertido el pintor después al cristianismo y descubierta la obra por la Inquisición, la abandonó bajo la promesa de la absolución. Tiempo después Cervantes la compraría en Toledo, mandaría traducirla y acabaría publicándola con retoques. De esta forma el verdadero autor, según Morey, se convertiría en un personaje más de su propio libro, ya que Cide Hamete no sería otro que Dominico Theotocópoli, más conocido por El Greco.
Hemos hablado previamente de la relación que se establece de forma genérica para los capítulos que vamos a ver hoy entre Quijote y Sancho y nos entristece profundamente el tratamiento del primero con respecto al segundo, de una forma altiva y prepotente. Relación amo-sirviente. Cada vez y poco a poco Sancho se irá liberando de esto y comenzará a ser más irónico aportando actitudes positivas e irónicas con el caballero de la Triste Figura. Por el contrario, Quijote no demuestra sentido del humor y va cediendo, como sin darnos cuenta a lo que Sancho va proponiendo.

Abordamos los capítulos XVI a XXI. Otra prueba más del sentido del humor de Cervantes: “Servía en la venta, asimesmo, una moza asturiana, ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta y del otro no muy sana. Verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás faltas: no tenía siete palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera.”
Digna de imaginarse la trifulca que montan en el camaranchón con la visita de la asturiana, que iba a refocilarse con el arriero y acabaron todos a tortazos no quedando ninguno bien parado.
Crítica a los historiadores conocidos y reconocimiento del trabajo y el rigor de Cide Hamete. cervantes se muestra especialmente duro con la pobre Maritornes. Sorprende cuando poco antes ha sido sensible y cuidados con Marcela.
Al fin descubrimos el bálsamo de Fierabrás: “un poco de aceite, vino, sal y romero para hacer el salutífero bálsamo”.
Quizá sea un guiño al poder que la mente tiene sobre el cuerpo, o quizá sean necesidades del guión, el caso es que la pócima sanó a Don Quijote e hizo trizas el estómago de Sancho. Así pues, parece que el bálsamo era solo para caballeros.
Resulta curiosa la forma de hacer pagar a Sancho la “cara dura” de irse sin pagar de la venta, mediante el manteo por parte de los alojados en ella, como si el desagravio fuese también para los que sí pagaban sus servicios. También debió resultar insultante para el ventero la “excusa” que ponían para no pagar.
Detrás de los comentarios que viene haciendo Don Quijote en estos capítulos se viene observando cuán curioso es el “reglamento” de la Orden de Caballería, que siempre deja una puerta abierta para la justificación cuando se trata de enfrentarse a cosas serias o enfrentarse a quien no fuese caballero u “oponente imaginario”; es decir, que juega en todo momento con la posibilidad de que la locura o la cordura de Don Quijote venga dada por el grado de peligrosidad de las refriegas; aspecto éste que no escapa a la observación de Sancho.
La retahíla de nombres que salen por la boca del hidalgo cuando ven los dos rebaños de oveja es al fin el resumen de todos los libros de caballería leídos hasta ese momento. Por el contrario, Sancho tiene cada vez menos dudas que su señor está más para allá que para acá. Pero juzga el caballero que la falta de visión de su escudero es debida al miedo, que ciega el entendimiento, y le pide que se aparte de la batalla.
Vuelve Don Quijote a quedar maltrecho y ya son… muchas veces. Comienza por tanto a ser necesario que Cervantes explique de alguna manera de dónde viene el real aguante que tiene Don Quijote para sufrir tanto golpe y mantenerse aún pendenciero.
Otro golpe de humor de Cervantes cuando narra el cómo se vomitan el uno sobre el otro debido a los restos del bálsamo de Fierabrás que tomara Don Quijote en plena batalla para curarse de las pedradas que iba recibiendo.
La frase "Nunca la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza" en clara referencia a la biografía del propio Cervantes como soldado y escritor al mismo tiempo.
Aparece por primera vez el sobrenombre de caballero de la triste Figura, impuesto por Sancho y que en un alarde de Cervantes deja entrever que así lo ha querido el escritor que narrará sus hazañas.
En verdad es tal la maestría del escritor en la forma de narrar esta contienda que parece que estuviese proyectándose en una pantalla, ayudado sobre todo por las visiones que de ella tenía Sancho.
Cabe destacar La Mancha como lugar de paso. Son varios los personajes a estas alturas de la novela que proceden de distintas partes de España y van de un lugar a otro.
Un buen texto para desentrañar: “...no debe de haber desde aquí al alba tres horas, porque la boca de la Bocina está encima de la cabeza, y hace la media noche en la línea del brazo izquierdo.”  Y que quiere decir: que se basa en la posición de la constelación de la Osa Menor –llamada bocina por su forma-, que con buen tiempo es visible durante toda la noche, pero va cambiando de posición a lo largo de ésta, lo que proporciona una manera sencilla de averiguar la hora. Observación ésta muy conocida por los pastores.

Nos aparece un Sancho ingenioso intentando alargar un cuento para hacer tiempo y que Don Quijote no se fuera de aventura y le dejase allí solo.
Otra secuencia para reírse un rato es cuando Sancho va a hacer sus necesidades intentando no hacer ruido, aunque no lo consigue y cuando ya aliviado llega el olor a las narices del hidalgo, quien achaca el evento al miedo.
Después de las carcajadas de Sancho al descubrir que los golpes que les habían tenido en ascuas toda la noche provenían de un taller de curtido de pieles, se deja ver el orgullo que esconde la hidalguía de Don Quijote, cuando dice: “No niego yo -respondió don Quijote- que lo que nos ha sucedido no sea cosa digna de risa, pero no es digna de contarse; que no son todas las personas tan discretas que sepan poner en su punto las cosas.”
Se aventura en este capítulo que si al caballero pasare algo, o no fuese capaz de ofrecerle ínsula alguna, podría tener Sancho por seguro que salario sí le llegaría, aunque no sabría especificar cuánto.
Son constantes las referencias del libro a la distinta forma de ver el mundo que tenemos las personas, aquello de que todo es del color del cristal con que se mira. Además, demuestra una y otra vez cómo esa distinta forma de ver la realidad es la causa de todos los males de la Humanidad, que no hace sino enfrentarnos los unos  los otros.
Así veía don Quijote su realidad: “¿no ves aquel caballero que hacia nosotros viene, sobre un caballo rucio rodado, que trae puesto en la cabeza un yelmo de oro?”
Así la veía Sancho: “Lo que yo veo y columbro -respondió Sancho- no es sino un hombre sobre un asno pardo, como el mío, que trae sobre la cabeza una cosa que relumbra.”
Curiosa la sentencia que afirma, hablando de razonamientos, que no hay ninguno gustoso si es largo. Y dicho esto, le larga a Sancho un buen discurso. Otra nota más de fino humor.
Hace una reflexión don Quijote acerca de los linajes de grandes hombres. Como unos, descendiendo de nobles acaba en la nada y cómo otros ascienden de la nada hasta llegar a ser grandes hombres; y cómo valen tanto los unos como los otros.
En la siguiente reunión comenzaremos en el capítulo XXII.
¡Importante! Hemos fijado la próxima sesión para el martes 27 de marzo a las 19 horas, ya que el jueves es la huelga. Leeremos hasta el capítulo 30.

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